¡Hola! reedito para recomendar una nueva página de unos amigos, se llama la Dolce Vita, os animo a que la conozcaís y que os hagáis seguidores,¡seguro que les hace mucha ilusión! Gracias

El Diario de Avelina es mi novela.
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Resuelta la jornada laboral debía decidir donde llevar a Toni a cenar, quería llevarle a un sitio especial, era importante que la comida fuera buena, y que resultara un lugar romántico, me sentía ñoña, o más bien romanticona, ya le echaba de menos, y eso que le había visto toda la semana, me daba lástima no poder verle en todo el fin de semana, como no se me ocurria ningún sitio decidí llamar a Susana, además no había hablado con ella en todo el día. Me lo cogió enseguida, estaba saliendo de una tienda, estaba de rebajas, que envidia. Estaba cerca de mi casa así que decidimos quedar allí en 10 minutos. Me asomé al despacho de Toni para ver si estaba, y efectivamente allí estaba mi nene, con las gafas puestas, le daban un toque intelectual irresistible, me oyó asomarme, ya que Toni solía dejar la puerta abierta, yo no podía necesitaba para concentrarme estar aislada y sin interferencias, que envidia ser capaz de concentrarte con tanta facilidad, para mi eso resultaba imposible.

-Hola guapa.-Me sonrió.
-Hola. Me voy a casa, he quedado con Susana, ¿cómo quedamos?
-No se, creo que tengo que quedarme un rato más quiero terminar, necesito tenerlo listo para mañana. ¿Qué te parece si quedamos en tú casa, yo cuando termine me vengo?
-Vale, ¿cuanto calculas que tardarás?
-Una horita o dos.
-Estaré en casa.
-¿Y donde me llevas?
-Todavía no lo se, hazme un chino cuando salgas, así me terminaré de arreglar.
-Ok.-Me guiñó el ojo, tuve la tentación de tirarme encima y comérmelo a besos, pero pensé ya tendré tiempo esta noche, creo que el deseo era mutuo.Parece mentira lo sencillo que resulta a veces entablar una relación con alguién, es cierto que Toni y yo hacía ya tiempo que nos conocíamos, pero nuestra relación era simplemente laboral, hola, adios, ¿cómo estás?...pero sin profundizar más. Todo este tiempo cerca de él y hasta ahora nunca le había visto. Él llevaba en el despacho unos tres años, llegó para sustituir a uno que era simplemente idiota, por suerte decidió largarse y Toni fué quien le sustituyó. Me cayó bien, pero yo continué en mi mundo y si bien es cierto que él siempre había sido muy simpático conmigo yo nunca le había prestado especial atención.
-Chao.-Él me saludó con la mano y yo salí hacia mi casa, no quería hacer esperar a Susana.

-¿Te apetece un té?
-Sí, que lástima si lo se me paro a comprar una tarta Sacher, he descubierto una pasteleria que la tienen y además les sale espectacular.
-¿Tienes hambre?
-Sí, no se si ir corriendo a comprarla, no está lejos.
-Pero no será demasiado una tarta para las dos.
-¿Te apetece o no?
-Por apetecer sí, pero tengo cena.
-Qué blanda.-Lo dijo con tono de fastidio.
-Bueno si te apetece tanto ves, yo voy preparando el té.
Venga, vale.-Y salió disparada.

Cuando volvió, ya tenía la mesa preparada, había sacado las tazas de bone china, para mí había elegido una con un dibujo de un fresal lleno de fresas y para Susana una con unas flores muy bonitas, las había comprado en Londres, y me habían costado un poco caras, bueno lo que valen, es porcelana fina, pero valía la pena el té siempre sabía mejor en esas tazas. La tarta tenía una pinta espectacular. Serví el té y nos pusimos a hablar.

-Menudo capricho que has tenido.
-Es que vivo obsesionada con esta tarta desde que Carlos me regaló una, me encanta.
-Tendrás que irte a Viena o Salzburgo a probar las de allí.
-No creo que puedan ser más buenas que esta.
-No se sabe. Tal vez sí.
-No se, tendré que plantearme ir.
-¿Qué como lo llevas?
-¿El qué?
-Lo de Carlos, de viaje.
-Ah muy bien, tengo unas ganas de que llegue mañana.
-Yo también.
-Ya hace que no quedamos con las chicas.
-Vaya.
-¿Donde puedo llevar a Toni a cenar?
-No se, que apetece.
-No se, lleva ya un buen rato dándole vueltas.
-¿Carne o pescado?
-Si te soy sincera ahora mismo con la tarta no me apetece nada.
-Ya te vendrá el hambre. Y si no preparale una cena en casa, ya tienes el postre.
-No, me apetece salir, además sí siempre que le invito yo, le traigo a casa voy a parecer una cutre.
-¿Tú crees?
-Yo creo que sí. Le puedo decir que el postre nos lo tomamos en casa.
-¿Tienes cava?
-Sí, pero mañana tenemos que trabajar, y a este ritmo me voy a convertir en alcoholica.
-Lo dudo.
-Ayer me tomé dos mojitos.
-Bueno, la semana que viene haremos abstinencia.
-Vale.
-Ya se donde le puedes llevar, a aquel restaurante tan finolis, como se llama- se quedó pensando unos segundos- sí aquel que dan el Chateaubriand.
-Sí con salsa bearnesa, que bueno, ya me está entrando el hambre. Voy a ir a prepararme.
-Pues yo me voy.
-Puedes quedarte si quieres.
-No aprovecho y voy a ver a mi madre, que la tengo un poco abandonada.
-Oks, cierra cuando salgas.-Me fui hacia mi habitación, hice una rápida mirada al armario y decidí lo que me iba a poner, pensé no me pondré muy arreglada, ya que si Toni viene con la ropa del trabajo no es plan pasarse, cuando estaba a punto de entrar en la ducha Toni me hizo el chino, fue una ducha rápida. Justo cuando salía llegó Toni. Le abrí en albornoz. Le dí un besito rápido y me fui corriendo a cambiarme.

-No estás lista, yo tengo un hambre.
-No tardo nada.
-Serás la primera mujer que no tarde en arreglarse, aunque si quieres pedimos algo a domicilio.
-No, yo quiero salir, además ya se donde vamos.
-¿Y esta tarta?
-La ha traido Susana, es nuestro postre.
-Que buena pinta.
-Ya verás que buena está.
-¿Más buena qué tú?
-No se que decirte.
-Ya veremos luego.

Salí. Toni se me quedó mirando.

-Tengo ciertas dudas de que esta tarta esté más buena que tú.-Me acerqué y le di un beso.
-Venga vamonos que el Chateaubriand nos espera.

Fué una noche espectacular, un buen restaurante, una compañía estupenda, y un postre más que espectacular.