AVELINA XXXV/ Look para recibir a gente en casa
A la mañana siguiente amanecí mejor de lo que me esperaba, tenía una sensación de poder que me recorría todo el cuerpo, por ese mismo motivo me hice un buen desayuno, me puse lo mejor que pude y me fui llena de optiomismo a avanzar en mi nuevo mundo laboral, me vino de perlas ya que tenía mi primera cita con Rosa tras mi contratación, teníamos que ultimar detalles aunque ella no quería comerse mucho la cabeza. Le había pedido el coche prestado a mi padre, no se tal vez, si todo iba bien, debería plantearme tener el mio propio. Menos mal que mi padre me obligó a sacarme el carne' de conducir, nunca le había visto la importancia, siempre me ha gustado moverme en metro, o en bus dependiendo del destino, pero lo mejor el metro que aunque a veces haya que ir un poco apretadito no hay que esperar a que los atascos se disuelvan. Tenía que pasar por la oficina y tenía muchas ganas de ver a Toni, además teníamos que organizar nuestro fin de semana ya que lo tenía bastante completito. El viernes había quedado con las chicas para salir de juerga, lo cual provocaría sin duda que por lo menos me levantara a las 12 del mediodía el sábado y por la tarde iba con mi hermana a un curso de corte de jamón, no se para que, pero a mi hermanita le hacía ilusión, eran unos cursos impartidos por Anselmo Pérez un super cortador de jamón, por el que por lo visto mi hermana siente especial admiración, me habia pasado hasta la página web, una tortura, teniendo en cuenta las maravillas que cortan, las fotos me habían abierto el apetito. El curso consistía en aprender a cortar, que no creo que en un día uno pueda, y tras el curso se serviría una selección de vinos de Ribera para deleitar conjuntamente con el jamón, esta había sido la parte que para mi resultaba más interesante. Así que solo me quedaba libre la noche en el sentido más estricto, lo del curso calculaba que llevaría por lo menos hasta las 10 o más. No se, creo que tal vez Toni se enfade, pensé, ya que solo nos quedaba el jueves noche para vernos, es decir el mismo día en el que me encontraba. Por ello había dejado la carpeta en el despacho, para tener la excusa perfecta para ir a ver a mi nene. Cuando llegué a la oficina, Toni todavía no había llegado, decidí llamarle, me dijo que estaba cerca, quedamos en la cafetería de abajo de la oficina, cogí la carpeta y bajé.
-¿Qué va a tomar?- Me dijo el camarero.
-Un café con leche.-Estaba como nerviosa, no se esperando a mi principe azul, o tal vez por la entrevista, no quería agobiar a Rosa, ella me había dicho que no quería tener que preocuparse por la reforma. Yo ya tenía unos bocetos iniciales, aunque debía ir a la casa para tomar medidas y quería preguntarle si tenía preferencia por algún color, mi idea era hacer un contraste entre la madera de la habitación y un blanco profundo, como el que tenían las casas en aquellos años en que se pintaban las paredes con cal viva, en la estancia había muebles antiguos de color nogal, a mi parecer su sobriedad era producto del contexto en el que estaban, y si hacíamos desaparecer aquellas telas oscuras, algunas de ellas atercipeladas, y las sustituíamos por telas vaporosas y claras, tendríamos una fusión elegane, acogedora y la habitación tendría más luz, era una idea muy clásica, no era novedosa y no tenía la más mínima intención de cambiarlo todo para sustituirlo por líneas y muebles modernos. Desde mi humilde punto de vista, aquella casa, toda ella, era como un sueño y las cosas a veces aunque no sean originales, son las que mejor van. Lo cierto es que el recuerdo de todos los muebles era bastante difuso, alguno habría que no nos serviría, tenía que preguntarle a Rosa algunas cosas, quería saber a que iba a destinar exactamente la sala, el hecho de no saber si iba a decorar el resto me limitaba un poco ya que lo suyo sería organizar las estancias en base a su finalidad, ya que si la sala era una sala para recibir visitas no era lo mismo si en ella se iba a ver la tele, así que tenía que saber cual era el uso que se le iba a dar de la estancia. Vi entrar a Toni.
-¡Hola guapa!- Me fue a dar un beso y yo le puse la mejilla, me arrepentí en el mismo momento en que giré la cara, me daba vergüenza que todo el bar supiera que estaba saliendo con Toni.
-Hola.
-Bueno, pues nada, esto que significa, que no quieres que te bese en público.
-No no es eso, es que me ha dado vergüenza y me ha salido así. ¿Te has enfadado?
-No, no te preocupes-se giró hacia el camarero y le pidió un café con leche y un croissant.-Y tú que, mucha juerga.
-Un poco, me encantó el sitio un día de estos te llevo.
-Cuando quieras.¿Qué tal el viernes?
-No puedo, de eso quería hablarte- le conté el planning del fin de semana.
-Entonces cenamos esta noche.
-Vale, pero te invito yo.
-¿Donde me vas a llevar?
-No lo se todavía, ahora me voy a casa de Rosa, creo que será una reunión corta, pero no se sabe, asi que pienso en algo y luego te digo.
-Vale.
-Me tengo que ir- Me levanté y le di un beso rápido en los labios.
-Yo te invio dijo Toni.
Me fuí, ya en el coche, fue un recorrido fantástico, brillaba un sol estupendo y abrí un poco la ventanilla, me encanta cuando el sol nos da una pequeña tregua, en estos días de frio, además la luz que da no es tan dura como la de verano y uno puede observar los colores del campo, todavía había restos del rocio y el agua hacía el paisaje más especial, me di cuenta que tal vez el handycap del coche eran los atascos, pero no había duda que las vistas eran mucho mejores que las del metro. Aunque también es cierto que el metro no te lleva al campo, de pequeñitas mis padres solían llevarnos cada fin de semana a algún sitio, estaba más en contacto con la naturaleza, que ahora, y lo cierto es que cuando la veía lo añoraba mucho, y siempre pensaba que debería dedicarle más tiempo, pero en el fondo lo que realmente me sucedía era que era más de ciudad que lo que pretendía ser cuando disfrutaba del campo, igual en otro momento de mi vida, me alejaría del caos de los coches y de la actividad constante, de los nervios...pero en este preciso momento no me apetecía, así que decidí dejar esa manía mía de ser incapaz de disfrutar un momento, e intentar entenderlo todo en vez de sentirlo simplemente, y entre pensamiento y pensamiento ya había llegado.
Una vez dentro, salió Rosa a recibirme, que mujer más guapa y elegante pensé.
-Hola Avelina.
-Hola
-He pensado que podríamos hablar en la sala, la protagonista de la cita.
-Claro.
-¿Has desayunado?
-Sí, además ya llevo dos cafés.
-¿Qué te apetece tomar? Yo tomaré un té.
-A pués me apunto, espero no ponerme muy nerviosa.
-Sí prefieres otra cosa, hay zumo.
-No gracias, me apetece lo del té, de eso quería hablarte.
-¿De té?
-Bueno, algo así. Solo quiero saber que fin vas a darle a la salita. Es un sitio para recibir visitas, para leer, para tomar el té...no se creo que necesito hacerme una idea de los habitos que tanto tú como tú marido teneis, es decir, las estancias que teneis, si os gusta leer...lo que quiero decir, es que a fin de cuentos los que vais a disfrutar la estancia sois vosotros, y quiero que en ella se refleje vuestra personalidad, además de que sea una estancia útil.-Estaba nerviosa.
-Esta salita la utilizaré principalmente yo, mi marido viaja mucho y tiene su propia estancia, una oficina para ser exactos, le gusta estar a lo suyo, cuando vivíamos en la otra casa, era su refugio, se metía allí horas, cuando estaba en casa claro, así que cuando compramos la casa, se montó su oficina en el primer piso, hizo trasladar todas sus cosas e hizo una replica exacta de la oficina que ya tenía, es un hombre clásico, de los que nunca cambian, para que te hagas una idea, cada año compra más o menos la misma ropa, un jersey azul marino, uno rojo...yo soy más del cambio, de la acción entre comillas, ya que redecorar una casa no puede entenderse como algo emocionante, yo quiere que este lugar, sea como un refugio, un lugar que no tenga nada que ver con trabajar, no se sí Juan Carlos te ha hablado de mi, supongo que algo te habrá dicho, se que sois buenos amigos.
-Algo me ha dicho, sí te soy sincera.
-Bueno, me alegro, espero que bien.-Sonrió avergonzada.
-Pero, si te refieres a tus gustos y hábitos ando un poco perdida.-Entró la criada y nos trajo el té.
-No me refería a sí sabes a lo que me dedico.
-No.-La verdad es que no pensaba se dedicara a nada, esa era la sensación que tenía, es lo que tiene estar casada con un hombre de negocios, hay mujeres que les basta con eso, con dedicarse a organizar cosas.
-Diseño joyas.-Me sorprendió.
-¿Sí?
-Si, mi padre era joyero, seguro que lo conoces, López Vergó, yo heredé su capacidad de diseñar, hacía unas joyas preciosas, nuestra firma es famosa y me siento muy orgullosa del imperio que montó mi padre, a mi me gusta trabajar en casa, tengo también en las oficinas un despacho, pero me gusta combinar, y suelo decantarme por estar en casa.-Vaya si sabía quien era su padre, bueno mejor dicho de que marca se trataba, no era Tiffanis pero no se alejaba tanto, digamos que era nuestra versión española, sus joyas eran preciosas. Como se las gasta este Juan Carlos, pensé.
-Sí, se quien es, como no. A mi me gustan mucho las libélulas, mi abuela tenía una, me la dejó a mi, pero todavía no me he atrevido a cogerla, la tiene mi madre.
-Fué uno de sus primero éxitos.
-Para mi es un recuerdo de mi infancia, cuando mi abuela iba a misa por las tardes, se ponía un abrigo color marrón y en el ojal de la izquierda llevaba siempre la libélula, se la había regalado mi abuelo.
-¿Y de qué color es?
-Roja.
-¿Enserio?
-Sí, ¿por?
-Es una edición limitada, solo existen cinco, es muy valiosa.
-Para mi tiene un valor sentimental.
-No me extraña. Las abuelas calan hondo.
-Sí, para mi es una de las personas más importantes de mi vida.
-Ya lo veo.
-Sí no te importa, tomaré medidas y ya te enseñaré mis ideas, por lo que me has dicho voy bien encaminada.
-Me alegro.
Tomé las medidas, hablamos un rato más y me despedí, me había caido muy bien, lástima que fuera la mujer que tenía a Juan Carlos en vilo, parecía una mujer fantástica.
15 comentarios
Me encanta ese look!
ResponderEliminarme lo pondria todo!
Unbesoo:)
Me gusta la relación de admiración que se está forjando entre Avelina y Rosa, a ver si esta última se porta mejor con Juan Carlos jajaja Por cierto, me doy cuenta que tengo que aprender de Avelina para recibir a gente en mi casa jajaja BESOS!
ResponderEliminarHola Gadi! yo también, jejeje. Besitos.
ResponderEliminarHola! Me ha gustado mucho como desarrollas otra linea de acción en la novela, jejejeje que va a pasar con Rosa y Avelina, se van a hacer amigas? Como afectara a su relación con Juan Carlos, intriga! Mi vena romántica me ha dejado con mas ganas de Toni y Avelina, me encanta el Lolo, besos
ResponderEliminarAins...estoy enganchadísima a la historia de Avelina!!!
ResponderEliminarUn bikiño!!
La camisa del look es preciosa :)Seguiré pendiente de la historia de Avelina.
ResponderEliminarBesitos
bontio outfit!!
ResponderEliminarbss guapa =)
MMmm, que emocionante, le gustará la decoracion del salón?, terminará con Toni? Juan Carlos?
ResponderEliminarAhora lo del curso de cortar jamón lo mejor, me ha encantado.
Besitos y buen fin de semana.
www.lacajademary.blogspot.com
m ncanta el look pero en casa no voy asi nunca!!! sera por eso qsiempre kedo fuera?
ResponderEliminarbss wapa
¡Qué chula la camisa con chorreras!
ResponderEliminarconfieso que no he leído oel texo ¿por qué los pones? ¿son tuyos?
Muaks
Yo me imagino perfectamente a Avelina con esa camisa morada!! Qué mona...
ResponderEliminarBesitos,
Sandra.
Hola Cuqueta! Sí son mios , tienes la opción de leerla desde el principio, besitos.
ResponderEliminarHola guapa!
ResponderEliminarMe ha sorprendido que Rosa se dedique a diseñar joyas.
Y me ha gustado mucho eso de dejar de intentar entenderlo todo y simplemente disfrutar de las cosas...es que a veces le damos demasiadas vueltas a las cosas y lo analizamos todo!
Muy bonita la camida!
Gracias Sushi por pasare y por leer a Avelina. Besitos.
ResponderEliminarUn look estupendo, los zapatitos flats son preciosos. Un beso!
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios