El diario de Avelina( mi novela por entregas)

AVELINA XXX

by Lu - 13:13

Ya lo tenía todo listo, había preparado unas bandejas para poder cenar delante del sofá y yo ya me había arreglado, pero todavía faltaban diez minutos para las nueve, así que me senté frente a la tele mientras esperaba. Vi un fragmento de una serie que nunca se me ocurre ver online, pero que sí la pillo en la tele la miro. Sonó el telefonillo.

-Sí.

-Soy Toni.

-Sube.

Fui corriendo al baño a retocarme los labios, y cometí el fallo de ponerme más perfume, fue un impulso, y cuando ya me lo había echado pensé, ahora voy a apestar, me conformé con mi ridículo y fui a abrir.

-Hola- Le dije.

-Hola guapa-Llevaba una orquídea blanca en las manos con unas flores enormes.-Te he traído esto.-Y me la dió.

-Gracias, es preciosa.-Le miré fijamente como si por una razón ajena a mi misma me viera obligada a mirarlo sin apartar la mirada, y mientras yo le miraba él también lo hacía. Y menos mal que se me acercó, con delicadeza y sin apartar su mirada me acarició la mejilla y sútilmente colocó su mano tras mi cuello , con un movimiento pausado y ciertamente excitante me acercó hacia él y me besó. Me dieron ganas de acariciarlo, de tocarlo hasta la saciedad como dicen en la dieta de los puntos, pero una de mis manos tenía la orquídea y la otra en la postura en la que estaba solo podía tocarle el culo o el pelo, y el culo me parecía muy tentador aunque provocador , y lo del pelo me parecía raro así que decidí disfrutar del beso.

-¿Puedo entrar?-Me dijo cuando terminó de besarme, a tan solo 2 centímetros de mi.

-Claro.-Pero nos quedamos en la puerta.

-Creo que nos conviene, espero que no tengas vecinos cotillas.

-Son muy cotillas, lo mejor es provocar.

-Y qué haces normalmente para provocarlos.

-Salgo a por el periódico desnuda.-Mis instintos me estaban traicionando.

-Avelina, si me dices estas cosas no vamos a poder ver la película.-Me lo dijo en plan riña mientras acariciaba mi cara con un dedo con unos movimientos cortos de arriba abajo y cuando me tocaba los labios me daban ganas de comérmelo a besos.

-Y eso no puede pasar, porque tú solo has venido a ver la película.

-Claro, porque era gratis, y es una película que he visto más de cinco veces, y no me la puedo perder.

-Yo la he visto dos veces.

-¿Sí?, y entonces para que me invitas a verla.

-Porque es bonita.-Ya me molestaba el brazo. No es que pesara mucho la orquídea aunque resultaba incómodo pero no quería que me soltara, ¡estaba tan bien!. Toni me leyo el pensamiento porque me solto para cogerla y colocarla sobre el mueble de la entrada mientras yo cerraba la puerta. Cuando me giré lo tenía delante y con una mirada fugaz nos entendimos perfectamente, nos besamos, pero el tono de nuestros besos había cambiado a deseo. Y al ritmo de la BSO de Cinema Paraíso descubrimos cada pequeño rincón del otro. Allí, en la entrada. Suerte de la alfombra.

-¿Qué hacemos?-Dijo Toni mientras me miraba.

-Te puedes ir.

-¿Cómo?- Me miró contrariado, pero intentándome seguir la corriente.

-Ya me he acostado contigo, ya no me sirves para nada.-Le sonreí.

-Yo si fuera tú no dejaría escapar la oportunidad de aprovecharte de mí toda la noche. Oye aquí hace mucho frío, y nosotros en el suelo, venga levanta.-Se levantó y fue hacía el sofá, cogió la mantita y vino hacia mí, ya estaba de pie y me cubrió con ella.

-¿Tienes hambre?

-Un poco.

-¿Hago las hamburguesas?

-Vale.

-Ven a la habitación que tengo un albornoz que creo te irá bien.-Vino tras de mi.-Lo que no tengo son zapatillas. Ya se, te dejo unos de aquellos calcetines gordos de ir por casa, tengo un montón talla única.

-Jo Avelina, que mujer más servicial.

-¿Cómo que servicial?- Me sonó mal.

-Ya te veo, no lo decía en ese sentido.

-Bueno, aquí está. Mientras que se cubría con el albornoz y los calcetines yo hice lo mismo, al ser el suelo de parquet con los calcetines bastaba. Me fui hacia la cocina a preparar la cena y le dejé en mi habitación, no tardó en salir.

-Qué casa más bonita tienes nena.

-¿Nena?

-¿No te gusta?

-Sí, pero no te pega.

-¿Por?

-No se, se te ve más bien pijín, sin ánimo de ofender, y lo de nena es más, uhh, no se.

-¿Puedo llamarte nena sí o no?

-Puedes llamarme lo que quieras menos Ave.

-No se me habría ocurrido llamarte así.

-Suena feo.

-No, tampoco es eso.

-No me mientas.