El diario de Avelina( mi novela por entregas)

AVELINA XXVII

by Lu - 11:39

Volvimos a la oficina y el día transcurrió como otro cualquiera, simplemente que yo me comía la cabeza, menos mal que cuando terminé de trabajar Toni y yo coincidimos en el ascensor y decidimos ir a dar una vuelta, sin duda fue una buena distracción, fuimos a tomarnos algo y me lo pase muy bien, que niño más mono. Le dije que no tenía mucho tiempo ya que tenía que ir a la piscina, me acompañó a casa a buscar la bolsa y cuando ya nos íbamos y estábamos en el ascensor me lancé, algo inusual en mi, y le di un beso, fue un beso dulce y apasionado que dejo claros mis sentimientos y que para mi alegría fue correspondido con el mismo entusiasmo. Lo que sin duda significaba que sí era mi hombre.

Cuando volví de la piscina me decidí a preparar la ropa que me pondría al día siguiente, no le había contado nada a Toni sobre el posible cambio de trabajo, porque no tenía ganas de hablar de ello, decidí ponerme algo elegante que a la vez no fuera muy serio. me hice una ensalada y a dormir. Para mi sorpresa dormí como un lirón.

A las dos en punto ya estaba abajo esperando a que llegara Juan Carlos, y en eso que apareció Dario, el insistente Dario. Lo cierto es que desde el día que le había visto hablando con Toni a la puerta del despacho, no había tenido noticias suyas.

-¡Hola guapa!

-Hola Dario-Nos dimos dos besos.

-Ya no me contestas a las llamadas.-Me dió una vergüenza.

-Es que vi las llamadas pero al final nunca encuentro el momento.

-Excusas baratas.-Me quedé muda- Tranquila Avelina no estoy enfadado.

-Menos mal.-Dije por decir algo.

-Ahora igual nos vemos de vez en cuando ya que han trasladado mi oficina al centro.

-Que guay.-Llegó Juan Carlos y se paró al lado de mi. Bajó la ventanilla.

-¡Hola! ¿Nos vamos?

-Sí, bueno Dario ya nos veremos.- Y le dí dos besos.- Me subí al coche y me despedí con la mano.

-¿Quien era ese?-Me preguntó Juan Carlos.

-Uno.

-Uy como suena eso, ¿no será el de la cita?

-No.

-Estás hecha un crack.

-¿Por?

- No se, ese uno ha sonado a implicación sentimental.

-Más bien a ¡Qué pesado!

-¿Y eso?

- Una historia muy larga, pero que carece de importancia.

-Bueno. Por cierto te has puesto muy guapa.

-Es una ocasión que lo merece, quiero dar buena impresión, he pensado que tenía que parecer seria pero a la vez que se notara que tengo estilo propio.

-Demasiado sofisticado para mi, yo opino que vas guapa y ya está.

-¿Queda lejos su casa?

-Sí, bueno a las afueras.

-¿Cómo la conociste?

-En el supermercado, coincidimos en la sección de pescado en conserva.

-Y tú ¿qué comprabas?

-Sardinas.

-Que poco glamuroso, quedaría mejor si fuera ventresca de bonito o algo así. Jejeje.

-Vaya pero a mi me apetecía un bocadillo de sardinas con tomate, si te sirve las compré en aceite de oliva.

-Jejeje, le da más glamour sin duda.

-La cuestión que la vi, y pensé que mujer más guapa, y le pedí una cita.

-¿Qué atrevido no?

-Qué remedio, es una de aquellas oportunidades que te arriesgas o pierdes seguro.

-Y ella te dijo algo de que estaba casada.

-No, en eso no fue sincera.

-Es decir que te mintió.

-Yo más bien diría que no mencionó ese pequeño detalle.

-Un detalle muy importante para olvidar mencionarlo, no creo que le pasara por alto.

-Ella dice que le gusté tanto que no pudo evitar quedar conmigo.

-Y ¿cómo quedasteis?

-Fuimos a cenar.

-¿Y qué le dijo al marido?

-Coincidió con que él estaba de viaje.

-Y ¿cuando te enteraste de que estaba casada?

-Al principio quedábamos sin problemas por lo del viaje de su marido, no es que quedáramos muy a menudo, pero íbamos quedando y derrepente empezó a no poder quedar, yo pensé que eran excusas pero ella al poco tiempo me llamó y me lo contó. Y aquí estoy saliendo con una casada y lo peor enamorada de ella.

-No te quejes tanto, si te gusta tanto que no puedes pasar de ella, por lo menos disfrútalo y si no puedes difruatarlo pues déjalo, nunca he entendido estas relaciones en las que estás con alguien para sufrir, es cierto que el amor no siempre es justo, pero vale más la pena ser feliz y si estar con ella no te da la felicidad entonces olvídala.

-Suena fácil.

-Ya y es fácil decirlo, pero no querrás que me compadezca de ti.

-No prefiero que seas como eres. Mira ya hemos llegado, justo a tiempo.

-Sólo de ver las barreras ya me imagino la casa.

-La verdad es qué está forrada.

-Ya se por qué estás con ella.

-Me has pillado, jejeje

A medida que nos acercábamos a la casa iba recordándome más a las casas que suelen enseñar por la tele, de los ricos y sus maneras de vivir, los exteriores eran acertados ya que se le daba importancia a la vegetación y sobretodo a las flores, era una entrada espectacular, recordaba a una casa de campo, con detalles de piedra y enredaderas, era una casa rústica, lo cual me llamó la atención ya que los ricos suelen dejar que los arquitectos se explayen y hagan casas sicodélicas llenas de ventanales y formas definidas pero esta era perfecta.

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