El lunes ya en la oficina se presentaba una semana muy ajetreada ya que el viernes era la esperada fiesta de Luís, ya había invitado a todo el mundo, ya tenia contratado el catering, y sólo faltaba que llegara el viernes para organizarlo insitu y pasárnoslo bien. Cuando entré por la puerta lo hice pensando que qué pasaba con Toni. Me había dicho que me llamaria más tarde y no lo había hecho, la única noticia que había tenido suya era una mensaje el domingo a las 7 de la mañana en el que me decía "Buenas noches". Yo por supuesto no contesté, ya que la hora a la que yo lo había leido era probablemente una en la que él estaba durmiendo. Así que empezaba una semana emocionante. Llegué de las primeras, Luís todavía no había llegado lo cual por suerte me permitía cierta libertad para organizar lo de su regalo,no sabía lo que podíamos regalar, me apetecía que fuera un regalo útil a la vez de chulo, lo cual iba cerrando el abanico de oportunidades. El problema radicaba en ¿qué le regalas a alguien que tiene de todo?Mi primera idea había sido enviar un email general para que entre todos pensáramos algo pero si sucedía lo mismo que la última vez nadie me contestaría, así que empecé a navegar por la web con la esperanza de encontrar alguna inspiración. Cada vez que oía el pin del ascensor miraba sí era Toni. Pero no. no llegaba, puse en el buscador, regalos para hombres y la primera página a la que accedí tenía unas propuestas muy dispares entre ellas encontré un avisador de radares, un grifo diseño Leds, un salto en paracaidas, una máquina de tatuajes, un enfriador de bebidas...esta página no me servía. Dudo mucho que a Luís le sea útil una máquina de tatuajes, me reí.

-¿Y tú de qué te ríes?-Alcé la vista era Toni.
-Qué susto. De una cosa que estoy mirando en internet. Ah y buenos días.
-Buenos días guapa, cuentame de que te ries, si se puede saber claro.
-Sí mira, he entrado en una web buscando algo que regalarle a Luís por su cumpleaños y mira que he encontrado.
-¿Una máquina para hacer tatuajes? esto que es una broma.
-No se, pero la web es real.¿Y lo del grifo? Están zumbados.
-Igual tiene éxito.
-Lo dudo aunque hay gente para todo.
-Mira y ¿ lo del salto en paracaídas?
-No creo que a Luís le interese, tiene vértigo. ¿Tú te tirarías en paracaídas?
-Ya ya me he tirado.
-¿Enserio?
-Sí ya hace.
- A mi siempre me ha hecho un poco de ilusión, pero el miedo me puede.
-Piensa que te tiras con un profesional.
-No, creo que paso.
-¿qué tal la cena del sábado?
-Muy bien, me cae bien Carlos.
-Pero tú ya le conocías.
-Sí, pero no es lo mismo, sólo le conocía de verlo de marcha.
-¿Y tú? Al final ¿qué hicistes el sábado?
-Me fui de juerga, ¿no recibiste mi mensaje?
-Sí pero lo leí a las 10 y pensé que dormías.
-Pensastes bien.
-Cuando me desperté pensé que tal vez te habría despertado y me supo mal, pero el dolor de cabeza me quitó enseguida el remordimiento de conciencia, que resaca dios mío.
-Así que el sábado triunfaste.
-No, triunfé el viernes.-Me puse roja.
-¿Y con quien saliste?
-Con Simón y los de siempre, eramos los mismos que el día que tú viniste a cenar.
-Que divertido.
-La verdad es que sí. ¿Vas a andar hoy?
-Sí, ¿por?
-Por saberlo, bueno guapa me voy a trabajar un poco.
-Vale.-Y se fue. Ni besito de buenos días ni nada, que pena, aunque la verdad creo que me hubiera muerto de la vergüenza si me lo hubiera dado.

Seguí en lo que estaba, y decidí cambiar de web, cuando ya había decidido descartar lo de las páginas la luz del messenger parpadeó. Era Toni. Lo abrí.

-Un fin de semana en un spa.
-Sí podría estar bien, pero sí el viernes es la fiesta probablemente terminemos tarde y estaremos agotados.
-Bueno pues al próximo finde.
-Podría estar bien.
-Aunque habría que mirar que cuesta. No puede ser cualquiera.
-Sí habría que mirarlo.-Y ¿por qué me lo propone si le parece caro?
-Hay que tener en cuenta que tendremos que pagar para dos ya que no va a ir solo.
-Claro, ahora mandaré unos cuantos email para pedir presupuesto. -Estaba hablando del regalo, jo, ya me extrañaba a mi.
-Ya me dirás que te dicen.
-Vale. Te dejo que suena el móvil.
-Oks.

-Diga
-Hola Avelina soy Juan Carlos.
-Hola
-Tengo una posible clienta para ti.
-¿Para mí?
-Sí, no recuerdas que te dije que te ayudaría para que decoraras alguna casa.
-Es verdad, pero ¿tú crees qué seré capaz?
-Vaya si serás capaz.
-¿Y quien es?
-Rosa.
-Me hablas como si la conociera.
-No la conoces pero has oído hablar de ella.
-No me digas qué es tú casada.
-Efectivamente. Está pensando en decorar su casa y yo te he propuesto, y me ha dicho que vale, que le gustaría que quedarais y le hicieras algunas propuestas sobre como reformar su casa.
-No se Juan Carlos suena muy grande.
-Avelina no me dudes, yo ya me he comprometido, hemos quedado el miércoles a la hora de comer, yo te acompañaré.
-¿Y vendrás a su casa?
-Sí, y si te soy sincero me da cierto morbo.
-Eh a mi no me metas en líos no me uses de cuartada.
-Tranquila Avelina no te dejaremos en la sala de estar mientras que nos lo montamos en la habitación.
-Bueno tampoco quería decir eso, simplemente.
-Simplemente nada, el miércoles a las 2 te recojo en la oficina.
-A sus ordenes sargento.
-Gracias Avelina me siento importante.
-De nada guapo, y gracias a ti.
-Faltaría plus nos vemos el miércoles.
-Hasta el miércoles.

Me quedé pensativa, no me veía reformando una casa, la verdad es que una cosa es elegir la decoración de mi casa y otra muy distinta es hacer una reforma, además si me decía que sí, significaría muchas cosas ya que tendría que dejar la oficina, sin duda era incompatible trabajar y hacer la reforma, decidí dejarlo estar hasta la hora de comer, ya lo hablaria con Susana, estaba nerviosa, si pensaba que iba a ser una semana ajetreada se había complicado el doble, o el triple, no se.