El sábado por la mañana me desperté sin despertador, que ya de por sí es un gran despertar, no tarde ni dos segundos en recordar aquellos exquisitos besos que me dio Toni antes de despedirse. Me entraron ganas de bailar y como siempre que me siento feliz puse la canción de The Cramberries  "Dreams", nunca he prestado atención a la letra, a mi me dan ganas de volar, es perfecta para un sábado por la mañana. Por la noche había quedado con Susana y Carlos, era una cita a tres para conocer más al novio de mi amiga. Ella había insistido mucho. Decía que me caería muy bien, qué  iba a decir,  estaba enamorada de él, aun así la creí ya que Susana tiene muy buen criterio respecto a las personas y no suele equivocarse, no recuerdo ningún novio idiota, siempre son una maravilla, alguno que otro se ha portado mal, víctimas de las debilidades humanas, pero ninguna ha sido nunca un terrorista de los sentimientos. Por una vez decidí hacer lo que debía y me puse con la colada y con la limpieza, prepare una buena banda sonora y me puse manos a la obra. Cuando terminé me tiré en el sofa y cogí el móvil, lo había dejado abandonado en el clunth, y ví una llamada perdida, era de Toni, inmediatamente mire los detalles de la llamada, me había llamado a las diez, miré el reloj y ya eran las doce. Hacía ya dos horas, que rabia me dió, decide reponder y marque llamar.

-Diga.
-¡Hola! ¿Me has llamado?
-Sí.
-Un momentito que no le oigo.-Esperé.-¡Hola guapa! perdona es que no oía nada, estoy en una cafeteria. Me he tenido que salir fuera.
-Ah-Y me quedé callada, derrepente reaccioné-¿Me has llamado?-Repetí.
-Sí, era para decirte buenos días.
-Estaba con la música atope y no lo he oido.
-¿Y que han opinado tus vecinos?
-No se lo he preguntado, ya están acostumbrados. 
-¿Quieres que salgamos esta noche?
-No puedo, he quedado con Susana y con su novio a cenar. Pero para comer tengo libre.
-No puedo, estoy con mi madre,  vamos a comer y luego quiere que la acompañe de compras.
-Bueno pues otra vez será, que sepas que tú te lo pierdes.
-Ya lo se, y tú también. Que picada eres.
-¿Yo?
-Sí tú.
-Si tú lo dices.
-Avelina te voy a echar de menos.
-¿Si?
-Sí.
-Que guay.
-Bueno guapa, te dejo que mi madre me mira con cara de impaciente y de investigadora.
-Vale. Un beso.
-Me conformo pero preferiría dos.
-Si sigues así no puedo colgar.
-Bueno venga hasta luego guapa.
-Hasta luego.

Me quedé en el sofá pensativa, que lástima que no podamos quedar, y me pregunté ¿Por qué me ha hablado de usted? Decidí olvidarlo, eran de esa clase de pensamientos que suelen estropearme las cosas bonitas, llamé a mi hermana para comer, pero había quedado con unas amigas, me dijo que si quería ir, pero pensé que no pintaba mucho, mis padres estaban de fin de semana, y Ángeles y yo habíamos quedado en comer al día siguiente, concreté la hora y me despedí. Sabía que Susana no podía y empecé a pensar que me iba a quedar sin plan para comer, yo me había reservado libre el sábado por la mañana por si acaso, y no me había preparado nada,  tampoco sería tan grave, empecé a pensar en hacerme una ensalada de garbanzos, y sonó el teléfono.

-Sí.
-¡Hola Avelina! Soy Juan Carlos.
-¡Hola!
-Te llamo por si quieres que comamos juntos.
-Vale, perfecto no tengo plan.-Que guay pensé.
-Te soy sincero, quiero utilizarte.
-Suena muy mal.
-Tranqui, es que voy a usarte como paño de lágrimas.
-¿Y eso?
-Mi casada que sigue casada.
-Qué lástima.
-Vaya, ¿qué te apetece comer?
-Cualquier cosa, pero no me tengo que pasar que tengo una cena.
-Ok, ¿bajas?
-Ya estás aquí.
-Sí, no sabía a quien contarle mis penas y como sabía que ayer quedaste con Toni he preferido llamar, por cierto ¿donde está?
-Con su madre.
-¿Qué se ha ido por la mañana?
-No cotilla, se fué anoche.
-Vaya par de sosos.
-Te abro, sube que es ridículo hablar por el móvil si estás abajo.
-Oks.

Le dejé la puerta abierta y me fui a arreglar. Cuando le oí entrar.

-Siéntate en el sofá, ahora salgo.
-Vale, que casa más bonita.
-¿Te gusta?
-Digna de una arquitecta de interiores.
-Gracias.-Salí rápido, me puse unos vaqueros, camisa blanca un pañuelo al cuello,una bandolera, bailarinas y lista. Salí.-Lista.
-Pues vámonos.
-Vale.

Nos lo pasamos muy bien en la comida, me habló de su mujer casada, ventajas y desventajas, no paro de hablar de ella y yo no dejé de pensar en lo enamorado que estaba de esa mujer que no le valoraba y que seguramente nunca sería su mujer, me dió penita, pobre Juan Carlos, a veces el amor es injusto.