es el lema que reza en la página web de la diseñadora Susan Rosen,

creo que la máxima con la que da la bienvenida al púbico en su página es muy adecuada, pues si por algo es conocida esta diseñadora de joyas,  a parte de que sus joyas lucen en los cuerpos de muchísimas famosas,  es porque es la autora de uno de los bikinis más caros del mundo puesto que está hecho a base de diamantes, algunos son  libres de impurezas, raros por su forma, uno de talla pera de 51 kilates y no se cuantas cosas más y engarzado de platino porque para este bikini no se han utilizado telas ni hilos. Es un bikini de alto copete porque vale 30 millones de dollares.

Molly Sims lo luce esplendoroso en esta imagen

esto es un detalle del diseño

La verdad es que es precioso aunque para poder ponérselo , aunque sólo sea para mirarse una en el espejo,  además de tener una buena cartera hay que tener un buen cuerpo.
El bikini es más que nada una obra de arte, una bonita creación para la contemplación, para que nos recreemos observando una conjunción de riqueza y exhuberancia,  la opulencia en estado máximo.
No es un cuadro o una escultura que son objetos ornamentales sino que es un bikini aunque desde el principio no puede cumplir su función.

Por eso creo que más que nada, es una joya y al no ser una joya que se podría utilizar frecuentemente más que para ser admirada en una vitrina  he pasado mayor gusto examinando las joyas que se exhiben en 

 su web, he visto cosas realmente preciosas, como estas

El bikini ni me lo compraría ni lo llevaría pero si tuviera mucho dinero os aseguro que me encantaría comprar alguna de estas joyas, son realmente increibles.

¿No os parecen preciosas?

¿Conociaís a esta joyera?